¿Por qué te decidiste a hacer un voluntariado?
Soy hija de migrantes… Eso influye muchísimo a la hora de decidir dónde y con quién quiero hacer el voluntariado.
Encontré Cepaim por Facebook, vi que trabajaba con población migrante y dije: ¡Aquí!. Empecé a investigar un poco por Internet, me gustó mucho lo que vi y a través de la web mandé un escritito a través del apartado que tenéis y una persona encargada del voluntariado me contactó. Ya llevo 6 años siendo voluntaria y siempre en Cepaim, como en Cepaim en ningún lado.
Comencé porque con 50 años llegó un momento de mi vida cuando ya tenía todas mis necesidades básicas cubiertas, mi casa, trabajo, futuro, familia, estudios. Quería devolver lo que la sociedad me había dado a mí.
Se me cruzó Cepaim y fue una cosa que me encantó. Se alinearon los planetas y surgió.
¿Qué haces?
Quería juntar algo que me interesa mucho con algo me gusta mucho: me encanta enseñar, la filología, los libros… Comencé dando clases de español, y sigo dando las clases. Por el camino fueron surgiendo diferentes necesidades e ideas: ¿Y si montamos una biblioteca? ¿y un certamen de microrrelatos? ¿Y de fotografía?
¿Cómo es tu relación con los y las participantes?
Tengo relación con las y los alumnos. Este año estoy sola dando clases porque hay problemas de espacio, pero hasta el año pasado estuve con los mismos alumnos tres años, nivel un nivel buenísimo de castellano. Entre ellos han hecho mucha piña, son ucranianos, rusos, bielorrusos, árabes…Una interculturalidad real. Hay gente mayor y gente joven, que me da mucha frescura, mucha energía. Están motivados y les encanta aprender.