"Si seguimos centrando nuestros esfuerzos en la protección de nuestras fronteras exteriores, mientras crecen otras fronteras menos visibles en el interior de nuestras ciudades, estaremos cultivando el mayor peligro para los valores de nuestra sociedad democrática, el racismo y la xenofobia."
Hoy, 18 de diciembre, Día Internacional de las personas Migrantes debemos y queremos recordar la importancia de lo que allí, en Marruecos, fue suscrito por 163 países, entre ellos España y que representan a parte significativa del planeta y su compromiso ante uno de los mayores retos globales, el desplazamiento humano en el mundo. Desplazamiento tanto voluntario, como forzado por causas económicas, políticas, sociales o bélicas, a las cuales se unen las climáticas, y que tienen sus principales raíces en la desigualdad.
El compromiso de los Estados debe ser firme y claro. Este Pacto viene a reforzar que los Estados garanticen el cumplimiento de los derechos humanos y la legislación internacional en la gestión de sus fronteras exteriores, propiciando vías seguras de entrada que se hacen imprescindibles para evitar la inmigración irregular, las muertes, la trata de personas y las mafias. Hablamos de seres humanos como las más de 2.200 personas que ya han perdido la vida este año en el Mediterráneo o las más de 4.470 en todo el mundo. Personas que solo buscaban una vida más digna o protección. No olvidemos que, tras los números, hay personas, familias, historias de vida, anhelos, sueños.
Si seguimos centrando nuestros esfuerzos en la protección de nuestras fronteras exteriores, mientras crecen otras fronteras menos visibles en el interior de nuestras ciudades, estaremos cultivando el mayor peligro para los valores de nuestra sociedad democrática, el racismo y la xenofobia. La discriminación, la separación de la población autóctona de la inmigrante y refugiada, genera una ausencia de relación, de comunicación que nos conduce hacia el enfrentamiento de personas contra personas.
No podemos perder de vista la importancia que han tenido y tienen los flujos migratorios en el desarrollo de una sociedad. Cuando el último estudio del INE nos arroja el mayor descenso de población en nuestro país desde su registro en 1941, parece absurdo que sigamos levantando muros, en forma de mentiras estereotipadas, ante la importancia del capital valor humano y económico de las personas migrantes en nuestro país. Su evidente y necesaria participación para mantener el Estado del bienestar pasa inevitablemente por la migración.
Para ello los Estados deben invertir en políticas de integración que construyan espacios y tiempos comunitarios para la relación, la comunicación, la vida en común entre la población autóctona y migrante, evitando nuevas desigualdades e impulsando el desarrollo en los países de origen y tránsito de las personas migrantes, extendiendo los valores democráticos.
No es superficial que 17 de los países que estaban invitados a la Cumbre no firmarán el Pacto Mundial sobre Migraciones. En Europa y España nos preocupa la proliferación de discursos y partidos políticos con una ideología xenófoba, que rompe la convivencia y la promoción de la diversidad cultural, como un valor global y que fortalece cualquier país que quiera prosperar. Construyamos juntos y juntas una sociedad intercultural, basada en la defensa de los derechos humanos y el respecto de las diferencias culturales; sabiendo que las políticas de integración nos conciernen a todos y todas, siendo una de las mejores inversiones que podemos hacer.
Queremos terminar invitando a todas las personas a participar en este 18 de diciembre, en este Día Internacional del Migrante, de todas aquellas actividades y acciones, tanto las que se elaboran en nuestros centros repartidos en la geografía del Estado como de cualquier otra organización, administración o colectivo de tu ciudad o pueblo, donde se festeja la suerte de poseer este gran bien común que es la diversidad cultural y de origen y que nos ofrecen la migración.
#DiaInternacionalDelMigrante
#ElValorDeMigrar
Fundación Cepaim