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Las “plataformas regionales de desembarco” no garantizan la dignidad y seguridad de las personas desplazadas hacia Europa | Comunicado Fundación Cepaim

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junio2018 comunicadoCepaim plataformas
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La propuesta de “plataformas regionales de desembarco” a países, supuestamente seguros, que quiere tratar el Consejo Europeo del próximo 29 de junio es una supuesta “solución” que tiene una alta probabilidad de no respetar los principios de no devolución  conforme a los criterios del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. 

27 de junio de 2018

Fundación Cepaim quiere expresar su preocupación y rechazo a la propuesta de establecer “plataformas regionales de desembarco” en lugares supuestamente seguros ubicados en países del norte de África. Se pretende con esta medida evitar la llegada de personas que, huyendo de conflictos o de la miseria, quieren acceder a la Unión Europea, distinguiendo entre los que pueden entrar en Europa y los que serán devueltos a sus países de origen. Dicha medida, que está actualmente sobre la mesa del Consejo Europeo que se celebrará el próximo 29 de junio, supone una clara quiebra del principio de solidaridad internacional en materia de refugio y migraciones.

No están nada claras, además, las condiciones en que se efectuaría el retorno a los países de  origen desde estas “plataformas”, siendo incuestionable que la UE debe asegurar, en  cualquier caso, que se respeten los derechos humanos y las libertades fundamentales de estas personas, de forma que se garantice su dignidad y seguridad. Es innegociable que apliquen los estándares europeos en este campo, y especialmente el básico y esencial principio de no devolución (non refoulement), conforme a los criterios marcados por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

Nos preocupa la situación en que quedarían las personas cuya devolución no sea viable o posible, aun cuando la Unión Europea pretenda implementar unas compensaciones económicas, moralmente cuestionables, a cambio de la aceptación de las mismas por los países de origen. Estaremos utilizando a las personas como moneda de cambio y condenando a muchas de ellas a permanecer durante años en campos de retención, sin asegurar las mínimas garantías en cuanto a derechos.

No podemos ignorar, en cualquier caso, que esta solución se aborda cuando las llegadas a costas de Europa se encuentran en su momento más bajo de los últimos años, por lo que la medida siquiera podría encontrar amparo en una supuesta excepcionalidad de la situación.

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