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Refugiándonos en torno a una mesa

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El pasado martes, 19 de junio, el Proyecto REFLEJAD@S II. Sensibilización sobre la realidad de las personas solicitantes de Protección Internacional, organizó una merienda intercultural en la Plaza de los Patos del murciano barrio de Vistabella.

La idea fue una iniciativa del Grupo Motor de Reflejad@s II y, como no podía ser de otro modo, fue todo un éxito.

Uno de los pilares del proyecto REFLEJAD@S II. Sensibilización sobre la realidad de las personas solicitantes de Protección Internacional son, sin duda alguna, sus Grupos Motor. Los grupos se componen por personas solicitantes de Protección Internacional y habitantes de las ciudades donde se desarrolla el proyecto, ya sean personas originarias de la zona o migrantes que llevan tiempo residiendo allí.

Uno de los Grupos Motor que ha impulsado este año el proyecto se sitúa en la ciudad de Murcia y se reúne cada lunes por la mañana en las instalaciones de Fundación Cepaim en el Barrio del Carmen. En las sesiones hacemos juegos que nos ayudan a conocernos mejor y generar lazos y relaciones entre las personas que participan en él. Y también pensamos cómo llegar al resto de la ciudadanía, cómo darnos a conocer y cómo acercar la realidad de las personas solicitantes d asilo y refugio al resto del vecindario.

Con ocasión de la celebración del Día Internacional de las Personas Refugiadas, se preguntó al Grupo Motor de Reflejad@s en Murcia qué querían hacer para dar visibilidad a este día, a nuestro grupo y a su situación. El grupo acordó por consenso celebrar un acto festivo para facilitar el encuentro y acercamiento entre personas solicitantes de Protección Internacional y personas autóctonas y qué mejor manera de encontrarse que en torno a una mesa. Así, pues, decidimos hacer una merienda intercultural.

En el Grupo Motor de Murcia llegan a juntarse personas de hasta 18 nacionalidades. Con esta variedad y riqueza, la mesa no podía ser sino multicolor y multisabor.

Las expectativas se cumplieron totalmente: pudimos disfrutar de platos muy diversos, como el rollo de carne o kebab casero al estilo de Oriente Próximo, salmón con especias, queso y nata elaborado al estilo ruso, dulces de Ucrania, papas rellenas y arepas de Colombia, arroz con leche al estilo de El Salvador, pizza italiana y pasta con deliciosa mozzarella, pasteles kazakos, deliciosos dulces marroquíes,  así como platos de nuestra gastronomía popular, como la empanada, las marineras de ensaladilla con anchoa, lechugas en perdiz y la típica combinación de huerta y mar en forma de corazones de alcachofa coronados por una anchoa del Cantábrico. El menú se complementaba con aperitivos y snacks que atrajeron el gusto de los y las más peques, frutas de temporada de aquí (melocotones ciezanos, sandía y melón) y de allá (piña, mango y papaya) y bebidas variadas.

Pero el ingrediente estrella fue, sin duda alguna, el buen rollo que compartió toda la gente asistente al acto. Los y las vecinas de Vistabella nos recibieron con los brazos abiertos y nos cedieron su emblemática plaza para celebrar nuestro evento con todas las comodidades. Por su parte, las personas solicitantes de Protección Internacional se mezclaron entre sí y con los y las locales que se unieron a la mesa, tanto participantes del grupo motor, como vecinos y vecinas del barrio o espontáneos que, al vernos tan bien decidieron unirse al grupo.

Risas, conversaciones, intercambio de recetas y una agradable sensación de  bienestar. Este fue el sabor de boca que dejó nuestra merienda. Tan dulce fue que estamos deseando repetir….

 

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